Dice Jordi Roca que no hay límites en el chocolate. Que nunca se acaba, como el vino, porque es algo eterno. La realidad es que, si a una materia prima excelsa se le añade una elaboración sublime, solo queda soñar despierto. Y eso es lo que logra Jordi Roca día a día, acercando el místico mundo del cacao a cada paladar dispuesto a que le sorprendan.
Hay algo de niñez en su mirada, de vuelta a aquellos días de esperar el bocadillo de Nocilla después del colegio. También hay mucho estudio de un mundo que, por mucho que guste el chocolate, sigue siendo ajeno a la mayor parte de la gente. El mundo del cacao, un universo estudiado, admirado y recreado en cada postre y chocolate por Jordi Roca. Todo eso hay en él, también mucho de convertir cada reto en oportunidad. El menor de los hermanos Roca, el repostero alquimista, ha concedido recientemente una entrevista a Wecake. Un honor que estamos a punto de compartir con vosotros.
Foto de encabezado: Joan Pujol Creus
Wecake Blog : En más de una ocasión he leído que ideas siempre postres poéticos, ¿qué hay detrás de esto?
W.B: ¿Qué lugar ocupó la pastelería en tu infancia?
W.B: ¿Siempre quisiste ser pastelero?
Pero por mucho que el pequeño Jordi Roca respirara ajeno al humo y a los aromas sensoriales del primer Celler de Can Roca, el originario, el de sus padres, ese que sigue recibiendo desde hace décadas a los parroquianos del pueblo y viajeros que recalan por Girona, la vida le deparaba un sueño extremadamente dulce.
W.B: Indudablemente tus hermanos mayores, Joan y Josep "Pitu", jugaron un papel fundamental, quizá indirecto, en tu incursión en el sector hostelero. Además de ellos, ¿quienes fueron los nombres propios que construyeron al Jordi pastelero inicial?
La vida de Jordi Roca da un giro cuando Damian Allsop, Pastry Chef y su mentor, aparte de sus hermanos, se rompe las piernas. Eran los años 90, Allsop era jefe de partida de postres de El Celler de Can Roca y, en su convalecencia, abrió al pequeño de los Roca su universo exquisitamente dulce y perfeccionista. "Recuerdo perfectamente ese momento, cuando me dijeron que Damian se había roto las piernas y que yo tenía que llevar la partida de postres", rememora Jordi.
W.B: ¿Qué te inspira, Jordi? Eres un pastelero que trasluce un carácter tremendamente soñador…
Jordi Roca es nombrado en 2014 Mejor Pastelero del Mundo. Un hito que dice haberlo vivido "con mucha sorpresa e incredulidad, porque era el primer año que se daba ese premio.
W.B: ¿Cómo lo celebraste?
W.B: Trasladado a tu día a día, ¿qué ha supuesto ese nombramiento para ti?
Hay algo en los ojos de Jordi Roca que sigue transmitiendo esa inocencia ligada a la infancia. Un espíritu lleno de pureza que desprende humildad a raudales y pasión única, genuina. Veamos cómo ha vivido el momento de la pandemia desde dentro del sector.
W.B: Ya han pasado casi dos años desde aquel parón del mundo en marzo de 2020 ¿Cómo has visto la reacción del sector pastelero en España en este año de pandemia?
W.B: ¿Comparando el sector de la pastelería en España con el resto del mundo, consideras que es un sector reactivo o proactivo?
W.B: Los nuevos talentos: ¿cómo ves a la nueva cantera de pasteleros en España?
W.B: Entremos en el plano de las tendencias: ¿hacia dónde crees que camina el sector pastelero en nuestro país a día de hoy?
- J.R : Pienso que va hacia la especialización…
W.B: ¿Cuáles dirías que son los mantras de la repostería artesana en España?
- J.R : Me gustaría pensar que son los productos de proximidad, trabajados con excelencia y mimo.
Foto: Joan Pujol Creus
W.B: ¿Cuánto hay de creativo en el sector en nuestro país?
W.B: ¿Cuáles crees que son los retos de la pastelería española? ¿Qué crees que queda por hacer?
W.B: ¿Cómo es el cliente de repostería hoy en día?
En su día a día, Jordi Roca trabaja junto a sus hermanos en el que es considerado uno de los mejores restaurantes del mundo. Tres Estrellas Michelin, tres Soles Repsol, tres hermanos (Joan, Josep y Jordi) que trabajan en perfecta sincronía moviendo un universo de excelencia y magia, pero con los pies en la tierra. Son las tres "J": para muchos, la Santísima Trinidad de la gastronomía más exclusiva y honesta.
W.B: ¿Cómo es trabajar con tus hermanos?
W.B: ¿Cómo es ese vínculo entre tus creaciones pasteleras, la sala que guarda con esmero "Pitu" y la cocina de tu hermano Joan?
W.B: ¿Qué te inspira cada uno para tu mundo dulce?
Como ocurre con los grandes proyectos, la luz que reflejan estos tres hermanos se extiende mucho más allá de las paredes de su escenario diario. Así, en el caso de la parte dulce de los Roca, hay dos santuarios más donde Jordi ha dejado bien impregnada su huella. Uno de ellos es Rocambolesc, la heladería que, junto a su mujer Alejandra Rivas, sigue haciendo soñar despierto a cada goloso que mira a través de sus escaparates, repartidos entre Girona (la tierra madre), Barcelona y Madrid. Helados soft , tarrinas, polos temáticos que bien podrían formar parte de la mismísima fábrica de Willy Wonka… Es momento de adentrarnos en este mundo infinito. Y rocambolesco .
W.B: ¿Cuál fue el germen de esto?
W.B: ¿Se puede entender Rocambolesc sin el Celler?
W.B: Además de tus helados, en Rocambolesc también encontramos el famoso panet, para disfrutar del helado dentro, ¿cuál es el origen de esto?
W.B: ¿Tenéis proyección de abrir tiendas en más ciudades de España?
Cocomelón: sorbete de sandía, coco, pepino y melón. Foto: Joan Pujol Creus
W.B: ¿Y en el extranjero? Tengo entendido que teníais en mente abrir en Manila (Filipinas)…
Con la incógnita a flor de piel, es momento de la inmersión en el siguiente brazo dulce de Jordi Roca, Casa Cacao. Un hotel en torno al chocolate, el sueño de cualquier goloso en potencia.
W.B: ¿Cuándo entró este proyecto en escena, a nivel de concepción e ideación?
W.B: ¿Siempre quisiste tener un hotel - chocolatería?
W.B: Cuando uno investiga y se zambulle en este proyecto, parece leerse entre líneas una sutil conexión entre los productores de cacao con los que trabajas y tu tierra, Girona. ¿Hay algo de esto tras Casa Cacao?
W.B: ¿Qué es para tÍ el cacao, en última instancia?
Al igual que lo que ha logrado el cacao que tanto le inspira, Jordi Roca también ha creado un fuerte vínculo, una dulce autopista que conecta el nuevo y el viejo continente a través de los sueños, la creatividad y los retos. Viajes y más viajes a través de los cacaotales de la selva amazónica, la fuente de inspiración como real del llamado movimiento Bean To Bar (de la vaina a la tableta), que poco a poco van acercando el mundo del cacao a cada casa.
W.B. Jordi, además del plano más hedonista y disfrutón, el chocolate también ha sido un vehículo con el que te has acercado hasta aquellas personas que han perdido el sentido del gusto y del olfato, tras pasar por diferentes procesos, como el cáncer. En este contexto, creaste junto al Doctor Jesús Porta - Etessam, un proyecto precioso en el que devolvisteis, de alguna manera, el recuerdo del sabor y el aroma del cacao a pacientes oncológicos ¿cómo lo viviste?
W.B: En la línea evolutiva de tu trayectoria, ¿qué lugar ocupó este proyecto?
W.B: Durante la pandemia hemos visto a muchas personas afectadas por trastornos del sabor y del aroma ¿Hay visos de poder repetir este proyecto con otro tipo de pacientes, a futuro?
W.B: ¿Nos podrías dar un pequeño adelanto de nuevas creaciones pasteleras con la firma Jordi Roca?
Foto: Joan Pujol Creus
W.B: ¿Qué sueño te falta por cumplir en cuanto a creaciones con el chocolate y la pastelería?
W.B: ¿A quién te gustaría leer como próximo entrevistado de Wecake?
Y así, dejándonos con más ganas de seguir soñando en chocolate (o en cacao) Jordi Roca vuelve a su universo donde los sueños son más reales que en cualquier otro lugar. Y a su vez, la realidad, es una ensoñación digna de seguir levitando día a día. Gracias, Jordi.