Tras una precipitada salida del mundo industrial, Raquel Serrano se volcó en una de sus aficiones sin saber que este estrecho camino se iba a convertir en la senda por la que iba a discurrir su futuro laboral.
Esta joven cordobesa era una apasionada de la repostería. Hacía años que elaboraba sus propias creaciones para los eventos familiares. “Hacer tartas era mi hobby preferido”, nos cuenta Raquel, quién continúa narrando cómo nació Sugar’s Nook. “Después de que cerrase la empresa familiar en la que trabajaba, dedicada al aluminio, comencé a hacer tartas para mis celebraciones familiares. Algún tiempo después esos pedidos llegaron de los amigos, que me solicitaban tartas para sus eventos. Así que empecé a elaborarlas de manera particular y por encargo. Sugar’s Nook surgió algo más tarde, cuando comprendí que también podía dedicarme a hacer eventos. Me tuve que hacer de un registro sanitario, pero eso nunca fue un problema para mí porque siempre he tenido todos los papeles en regla”.
Su primera tarta la hizo en 2013, para el cumpleaños de su hija. No le salió “del todo mal”, confiesa Raquel, aunque “no era perfecta”. Sin embargo sus invitados “quedaron encantados” y decidió comenzar a perfeccionarse. Para ello, además de su vertiente autodidacta, Raquel realizó dos cursos intensivos en Barcelona, uno de flores de azúcar y otro de tartas de boda, con la finalidad de poder trabajar con tartas de varios pisos, una técnica repostera que requiere de cierta habilidad por la enorme complejidad que entraña. Raquel asegura que en aquellos cursos aprendió “técnicas básicas” y que el perfeccionamiento llegó algo más tarde, “con la práctica y los tutoriales de internet, es decir, de manera autodidacta”. Ahora, en Sugar’s Nook ella trabaja un producto muy concreto dentro del mundo de la pastelería, las tartas ‘premium’, con un “relleno bueno, de sabor excelente”, indica la propietaria presumiendo de elaboraciones. Y añade que el secreto de las mismas no es otro que la “calidad de la materia prima” con la que están hechas.
Pero esta calidad no sería nada si las tartas no contaran una textura y sabor excelentes. En eso también ha trabajado Raquel a lo largo de los años. Poco a poco, ha ido dando en la diana, ofreciendo a sus clientes tartas con “sabores muy equilibrados”. Que nadie se extrañe si encuentra un punto de frescor en los pasteles de chocolate blanco porque Raquel añade lima para contrarrestar el dulzor de este ingrediente. Uno de sus básicos es el azúcar moreno, siempre que la creación no necesite del blanco para mantener un color claro.
Con Sugar’s Nook las sorpresas están aseguradas, ya que ninguno de sus productos es igual a otro. De hecho, en todos se ha dado una evolución que ha ido en paralelo al aprendizaje adquirido por Raquel. Por ejemplo, su famoso brownie cuenta ya cuatro versiones diferentes. El primero “fue más abizcochado y este último es mortal”, asegura. Los clientes le dicen que “no han probado un brownie tan bueno nunca”. Palabra de comensal. “Todas mis tartas son jugosas y están cubiertas de ganache y una ligerísima capa de fondant, que es realmente lo que sostiene la tarta elevada, aunque también hace que por dentro se mantenga fresca”, señala la repostera.
En Sugar’s Nook gusta tratar bien al cliente. Raquel suele reunirse con los que encargan sus tartas ‘premium’ para tomarles el pulso y saber qué relleno o tipo de bizcocho puede encajarles mejor. Cada tarta de boda, por ejemplo, supone “entre 30 y 35 horas de trabajo”, asegura Raquel, que no suele coger más de dos pasteles de este tipo a la semana para trabajar con tranquilidad y dedicarle todo el tiempo que cada creación requiera. Sin embargo, esta artista de la repostería afirma que “si el pedido es especial, el número de horas de trabajo se dispara”. Se refiere a encargos grandes por tamaño o que le exijan una dedicación más pormenorizada, como aquella vez en la que unos novios le pidieron que recrease la basílica de la Macarena de Sevilla, “con arco y todo”, señala Raquel, aunque también una novia francesa le encargó “una reproducción de la hacienda en la que se casaba. Me entregaron varias fotografías y solo con ese material tuve que hacer el trabajo. Lo más difícil fue lograr una proporción adecuada”, recuerda Raquel.
Lo que los clientes solicitan con más asiduidad a Sugar’s Nook ha ido cambiando con el paso de los años. “Antes, la tarta más pedida era la Red Velvet para las bodas. Y para los cumpleaños la de chocolate con nutella. Sin embargo, ahora piden mucho la de blanco y lima, que es un bizcocho de chocolate con lima y coco natural con crema de chocolate y lima. Su sabor es fresco y suele gustar mucho a todo el mundo. También nos encargan la margarita, que lleva un bizcocho de cóctel margarita y relleno curd de lima y merengue italiano”, indica Raquel, que en sus inicios, debido a falsos prejuicios, hacía degustaciones para demostrar lo bueno que estaba su producto, pero “eso ya no me hace falta. Mi clientela confía en mí plenamente”, concluye.
Elaborar los pasteles es pasión para Raquel, que trabaja ella sola en el obrador, aunque esta repostera confiesa que siente verdadera devoción por la decoración de sus tartas. “Me gusta el diseño y mi familia está feliz de verme feliz a mí”, señala. “Mis hijos y mi marido me ven como a una artista. Y los clientes también, los que me llaman siempre muy agradecidos por el trabajo que he hecho para ellos. Y eso me llena de orgullo”, dice.
Ahora, con Wecake se abren nuevas y prometedoras expectativas de futuro para Raquel ya que piensa que “con la plataforma me podría dar más a conocer y que mis creaciones lleguen a más personas”, concluye Raquel.